El 8 de marzo de 2018 es una fecha que se quedará grabada en la historia de las reivindicaciones. No porque arrancara una ola de cambios imprescindibles que seguimos esperando, pero sí porque al menos fue como darle al “on” del altavoz por el que surgió a
gritos el murmullo que llevaba años formándose. Ahora es imposible no oírlo. Ahora sólo queda darle al “play”.