Los factores ambientales y climáticos se suman cada vez más al conjunto de motivos que obligan a millones de personas a abandonar sus hogares. Desde tiempos históricos las personas migran en busca de mejores condiciones económicas; escapan de conflictos bélicos o dictaduras; por motivos políticos o religiosos. Hoy se suma un motivo más: huir del clima. El cambio climático, entre otras consecuencias, trae de la mano a las migraciones climáticas. A pesar de que el reconocimiento político y jurídico de este fenómeno está aumentando progresivamente, todavía se desconocen muchos aspectos y faltan mecanismos jurídicos de protección, lo que deja a muchas personas en situaciones de gran vulnerabilidad.