El voluntariado es una de las formas más nobles de contribuir a la sociedad y hacer del mundo un lugar mejor. Sin embargo, uno de los desafíos más comunes que enfrentan las personas al considerar el trabajo voluntario es la aparente falta de tiempo. Es comprensible que, en un mundo lleno de responsabilidades y compromisos, encontrar espacio para el voluntariado pueda parecer difícil, pero, me pregunto ¿es relamente imposible?
El artículo señala la preocupante escasez de neurocirujanos en países de bajos ingresos, resaltando el impacto positivo de la neurocirugía en mejorar la calidad de vida de los pacientes, como evidencia la experiencia de la Fundación NED en Zanzíbar.
En la búsqueda constante de construir una sociedad inclusiva, es esencial poner de relieve la importancia de los derechos culturales para las personas con discapacidad.
La colaboración entre hogares y colegios impulsa la sostenibilidad a través de la educación ambiental, fomentando un compromiso compartido hacia un futuro más verde y consciente.
Cuando se trata de implementar un programa de voluntariado, es común buscar una fórmula que lo distinga del trabajo tradicional. Sin embargo, es importante entender que el voluntariado, por su naturaleza altruista, siempre implica un compromiso activo. No obstante, no existe una receta única, ya que cada causa es única y merece un enfoque personalizado.
La sostenibilidad se ha transformado de opción a imperativo, impactando no solo en el medioambiente, la economía y la sociedad, sino también en la estrategia empresarial y el bienestar de sus empleados.
Hace tres meses que vió la luz el último gran proyecto de la Fundación Randstad, el HUB de innovación social. Su directora general destaca que es, sobre todo, “un conector, un espacio de conexión en el que quien esté interesado en empleo y discapacidad, en diversidad e inclusión, tiene que conocerlo. Porque tiene un espacio abierto a desarrollar las iniciativas que estén en desarrollo”.
En 2024 el mundo celebra los 200 años del estreno de la Novena Sinfonía de Beethoven. Su último movimiento, también conocido como “Himno a la Alegría”, es el himno oficial de la Unión Europea y un símbolo mundial de la libertad.