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En las últimas décadas, el rápido crecimiento de las ciudades ha planteado un desafío en términos de movilidad y planificación urbana. El aumento constante de la población y, en consecuencia, el de sus desplazamientos ha saturado la infraestructura vial, provocando problemas de tráfico, elevando la contaminación atmosférica y sonora y afectando a la calidad de vida de los ciudadanos. Ante esta realidad, las ciudades se han visto obligadas a revisar sus estrategias de movilidad, priorizando la planificación de servicios públicos eficientes.
La bicicleta, pieza clave en el desarrollo sostenible de las ciudades

En este contexto, el día mundial de la bicicleta, celebrado cada 3 de junio desde 2018, se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre el papel de la bicicleta en el desarrollo sostenible de las ciudades. Citando a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la bicicleta es definida como “un medio de transporte sostenible, sencillo, asequible, fiable, limpio y ecológico”. Además, la ONU también alienta a los estados miembros a “mejorar la seguridad vial y a integrarla en la planificación y el diseño de infraestructuras sostenibles de movilidad y transporte”, promoviendo políticas que favorezcan su uso.

La implementación de servicios de bicicleta pública emerge como una solución viable y necesaria para que las ciudades se enfrenten a los desafíos de movilidad actuales. Más que una simple alternativa de transporte, los servicios de bicicleta pública se consolidan como pilares fundamentales del transporte público urbano. Al integrarse plenamente en la red de transporte urbano, las bicicletas pueden ofrecer una opción complementaria y, en muchos casos, más eficiente. Al igual que los autobuses y metros, las bicicletas públicas son una solución de movilidad diaria y no solo una opción recreativa.  

Las políticas europeas y sus subvenciones han fomentado la implantación y renovación de muchos servicios de bicicleta pública en los municipios españoles. Sin embargo, para que los servicios de bicicleta pública alcancen su máximo potencial a largo plazo, es importante:

Compromiso firme de las autoridades gubernamentales con los servicios públicos de bicicleta: se deben desarrollar políticas que estimulen su uso y la cultura ciclista e invertir en mejorar infraestructuras viales y conexiones que fomenten la seguridad vial. Es fundamental que un servicio de bicicleta pública no se vea comprometido por el cambio de gobierno.  

Un buen diseño del servicio de bicicleta pública garantizará que resulte atractivo tanto para el usuario como para el propio municipio.  Para ello, se deberá garantizar la ubicación de las estaciones de bicicleta pública en lugares estratégicos que fomenten la intermodalidad y complemente la demanda de transporte público actual. A ello será necesario acompañarlo con el fomento de propuestas por parte de las empresas gestoras, que permitan una flexibilidad y adaptación, tanto al arranque de los proyectos como durante la vida de los mismos, con costes cercanos a cero para las Administraciones Públicas.

Experiencia en la operación del servicio. Es importante conocer la tecnología que se implanta, tanto para el servicio de mantenimiento como para su logística, siendo clave la presencia de un operador experimentado.

Incorporar una concepción social en la implantación y desarrollo del servicio, haciendo partícipes a personas en riesgo de exclusión social y/o con algún grado de discapacidad.

En esta línea, cabe destacar empresas, como MOVILIDAD URBANA SOSTENIBLE (MOVUS), operadora de referencia en movilidad, con una trayectoria solida en el sector. MOVUS ha implantado servicios de bicicleta pública con los principales proveedores de tecnología de bicicleta pública a nivel mundial: NEXTBIKE, TIER, PBSC y FIFTEEN. De hecho, dispone de una marca propia de software que aplica a servicios de bicicleta pública en municipios de menor tamaño. Asimismo nuestros servicios vienen marcados por un valor añadido tan importante como la colaboración con empresas de inserción sociolaboral y centros especiales de empleo, que participan activamente en cada servicio. De este modo, MOVUS, puede ofrecer la mejor solución para cada municipio estudiando la viabilidad del servicio tanto técnica como económicamente, y aplicando criterios de responsabilidad social. Algunos de los servicios de bicicleta pública operados por MOVUS son de grandes ciudades como: Valladolid (BIKI), San Sebastian (D-Bizi), el área metropolitana de Barcelona (AMBICI), pero también opera en municipios de menor tamaño como son Mislata y Torrent en el área metropolitana de Valencia, San Vicente del Raspeig en Alicante y Onteniente, que destaca por ser el primer servicio de bicicleta pública eléctrica de la Comunidad Valenciana.

En definitiva, la implantación y subvención de los servicios de bicicletas públicos en España es una medida que trae innumerables beneficios a corto y largo plazo para sus municipios. Al aprovechar el potencial de la bicicleta como medio de transporte limpio, eficiente y accesible, podemos abordar los desafíos de movilidad actuales y mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos. Es hora de que España pedalee hacia un futuro más sostenible, en el que la bicicleta pública sea reconocida como un pilar fundamental de la movilidad urbana. Es importante que las entidades públicas conciban a la bicicleta como un medio de transporte público, clave en el desarrollo de una movilidad más sostenible.

* Este artículo forma parte de la Alianza entre la plataforma Empresas por la Movilidad Sostenible y Diario Responsable. Artículos relacionados:

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