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Análisis de tres de los escándalos corporativos de 2015: Medioambiental, Social y de Gobernanza

Durante el 2015 hemos tenido escándalos corporativos en los tres pilares de la Responsabilidad Social

Escándalo Medioambiental: Caso Volkswagen

Septiembre de 2015 nos dejaba uno de los escándalos corporativos, más desalentadores para los que creemos en la Responsabilidad Social.

El caso VW, representa un paso atrás en nuestro camino. Porque esta vez no podía culparse a proveedores de países lejanos o a gobiernos corruptos de países pobres, sino que teníamos que mirar de cara, a una empresa de prestigio, ejemplo de la industria automovilística, y de un país reconocido por sus productos de calidad, que articuló un elaborado sistema para mentir en las emisiones de sus motores diésel. Y en este sentido, el caso es doblemente grave. Uno, por el sólo hecho de mentir, y otro, por el desprecio manifiesto hacia nuestro Planeta.

VW está presente en los ránkings más importantes de Sostenibilidad, como Dow Jones Sustainability, Global 500 Climate Performance, y sigue los más altos estándares en RSC, como Global Compact, ECPI Ethical Indices, y Stoxx Global ESG Leaders, y publica un Informe de Sostenibilidad desde el 2011, de acuerdo con GRI.

Dispone de un Código Ético, intachable que defiende “we stand for responsible honest actions”. Más de 70000 empleados recibieron formación sobre el código, el pasado año 2014, y 31529 empleados fueron formados en cumplimiento legal. Y desde 2011, publica anualmente una Memoria de Sostenibilidad, aparentemente perfecta, siguiendo el GRI G4.


Escándalo Social: Caso Amazon

Años atrás Amazon había habido algunas quejas sobre las condiciones de los trabajadores en los almacenes, desde altas temperaturas, a rápidos procesos que eran casi imposibles de cumplir. Pero no hubo más cobertura, y el enorme crecimiento de la empresa, eclipsó las débiles quejas. En agosto de 2015, el NY Times, tras entrevistarse con 100 empleados y exempleados de la compañía, publicaba un extenso artículo en el que describía las condiciones a las que se exponían los trabajadores de Amazon. Trabajar en la compañía, es, estar dispuesto a prácticamente todo por conseguir la productividad y eficiencia. Darlo todo por la empresa, desde trabajar largas horas, a destripar ideas de compañeros, a seguir instrucciones de cómo enviar feedback secreto sobre colegas, etc… Un ambiente de presión contínua, en el que parece ser habitual ver a gente llorar al salir de una reunión, y en el que sólo sobreviven los más fuertes, literalmente, con algunos casos de no ofrecer ningún tipo de empatía con trabajadores con enfermedades como cáncer. Con este modelo de negocio, más propio de la era industrial que del siglo XXI, las condiciones de estos trabajadores, rozan los límites del respeto a los derechos humanos.

La compañía no ha publicado hasta la fecha ningún informe de RSC o Sostenibilidad, limitando a publicar en su site, algunas buenas prácticas sociales y medioambientales, pero evitando medir, su enorme impacto social con más de 50000 empleados, o medioambiental, con ventas de más de 26 millones de productos al día, aunque muchas de ellas sean digitales, medir y compensar sus emisiones en envíos, es un duro trabajo.


Escándalo de Gobernanza: Caso Toshiba

En julio de 2015, salió a la luz, uno de los escándalos contables más importantes de la historia. Toshiba venía hinchando sus ventas desde 2008, en un total de $1220 millones. La compañía publica informes de sostenibilidad desde 1998, y desde 2014, incorpora también la información social, siguiendo también el GRI G4. Dispone de un Código de Conducta, un Sistema de Alarma ante incumplimientos internos, un canal de denuncia, un Comite de Compliance, formacion on-line en el Código de Conducta, corrupción, transacciones ilegales y gastos inapropiados.

También el 2015, nos traía el escándalo de la FIFA, un escándalo de película, de años de sobornos, corrupción y blanqueo de dinero, a cambio de derechos comerciales, en el que estaban implicados los máximos dirigentes de la organización, medios de información, empresas deportivas, patrocinadores y por supuesto, funcionarios. Un caso que seguramente todo el mundo del sector conocía, pero por un interés u otro, se permitía.


Alarmas que sonaron y no se escucharon

El propio informe sostenibilidad de VW de 2014, señala como un riesgo corporativo, las distintas regulaciones sobre CO2, en los distintos mercados, y sus sanciones, y los requisitos de emisiones a efectos de impuestos, y establece las nuevas tecnologias con hibridos y electricos, como una ventaja competitiva frente a sus competidores. Pero igual si alguien hubiera leído las dos páginas del informe de verificación de PricewaterhouseCoopers, da sus recomendaciones, quizás hubiera tenido que sonar alguna alarma: necesaria mejora de análisis de las consecuencias de los temas; presentación más estructurada de los enfoques materiales de gestión; mayor estandarizacion y formalizacion de los procesos y controles para la recopilacion de datos; diferenciación explicita en el informe entre VW Group y la marca VW; aumento de la cobertura de las principals cifras de la perspectiva del grupo.

En el caso Toshiba, los informes anuales establecen que el canal de denuncia recibió 88 en el año 2015, pero sin especificar su contenido, limitándose a decir que se trasladaban a los departamentos correspondientes para alertar o para introducir mejoras. Pero lo que debería haber parecido más sospechoso, son las reuniones de RSC mantenidas durante el 2014, ¡enfocadas a la prevención de pedidos ficticios! Tras el escándalo, una investigación independiente, formada por varios abogados y contables externos, afirmó que en la compañía se hinchaban los números de manera sistemática y deliberada, a fin de cumplir con los irreales objetivos impuestos por la dirección. Imperaba una cultura del miedo, en la que los empleados eran incapaces de cuestionar los objetivos irrealizables impuestos por sus superiores.

En el caso Amazon, los Principios de Liderazgo de Amazon, son claras alertas de la cultura subyacente en la empresa. Obsesión por el cliente. Los líderes piensan primero en el cliente, y trabajan desde el enfoque al cliente hacia atrás. Ponen todo su empeño en ganarse su confianza y mantenerla”; “Los líderes nunca dicen "ése no es mi trabajo"”; “Los líderes, casi siempre tienen razón. Tienen buen criterio e intuición. Están abiertos a escuchar opiniones distintas y cuestionan sus propias creencias.”; “Los líderes mantienen siempre los estándares más altos, aunque puedan parecer exagerados. Suben el nivel continuamente y llevan a sus equipos a obtener productos, servicios y procesos de alta calidad. Los líderes se aseguran de que los defectos no se propaguen y de que los problemas se resuelvan de manera definitiva.”; “Piensan en grande, Pensar en pequeño se traduce en resultados pequeños”; “Tienen iniciativa. En los negocios, la velocidad importa. Muchas decisiones y acciones son reversibles y no necesitan un análisis exhaustivo. Valoramos la toma calculada de riesgos”; “Los líderes están obligados a cuestionar decisiones respetuosamente cuando no están de acuerdo, aunque sea incómodo o agotador. Los líderes muestran determinación y son tenaces. No ceden ante la presión del grupo sólo para lograr la armonía en su equipo. Una vez tomada una decisión, la apoyan totalmente.”

Cómo han gestionado la crisis

En el apartado de sostenibilidad del site de VW, una escueta mención al escándalo, diciendo que el Comité de Supervisión se reunió el 25 de septiembre, que no existe excusa alguna por las manipulaciones, que la compañía no dejará ninguna piedra por destapar, que se encontrará a los responsables, y tomará las acciones necesarias. No hay más información sobre el escándalo, ni ninguna actualizacion más. No deja de sorprender que en la web, siga colgado a fecha de hoy, un documento de 2012, “Responsibility knows no boundaries”, sobre supuestamente buenas prácticas internacionales en RSC, firmado por Martin Winterkorn y Bernd Osterloh. Un documento, por cierto, con demasiada paja, y nada de esencia de RSC. Alguien sí que atinó en quitar el nombre de Winterkorn del Código Ético de septiembre de 2015, y convertir el hasta ahora preámbulo firmado por los altos directivos, en un preámbulo anónimo. Esperamos un honesto informe de 2015.

Tras el escándalo, Hisao Tanaka, ex CEO de Toshiba, aparecía ante las cámaras con la cabeza gacha y en silencio, durante casi un minuto. Como si de de un minuto de silencio por alguna muerte se tratara. Dijo “tenemos una seria responsabilidad … tendremos que construir una nueva estructura para reformar la compañía”. Hoy, en el site de Toshiba, el nuevo CEO y Presidente, Masashi Muromachi, se disculpa nuevamente por las irregularidades contables, y expresa su voluntad de “revitalizar Toshiba y recuperar la confianza de los Stakeholders”, ha recompuesto el comité de dirección y ha reforzado su función de supervisión, así como también ha renovado el comité de auditoría y sus funciones, y expone las medidas que han llevado a cabo. La compañia ya ha publicado su informe de RSC, de 2015, y hace mención expresa en varias ocasiones al escándalo creado.

Jeff Bezos, fundador y CEO de Amazon, se limitó a responder que se trataba de casos aislados, y que “El artículo no describe el Amazon que conozco o a los Amazonians con los que trabajo todos los días. Pero si conoces historias como las que fueron contadas entonces te pido que las reportes con Recursos Humanos”. Ni atisbo de investigación interna, o nada por el estilo. En septiembre de 2015, una especialista en RSC Christine Bader, que había trabajado durante más de una década para BP, fue nombrada directora de RSC de la compañía.

Quizás la cultura alemana, japonesa y norteamericana, tienen más influencia de lo que parece en sus dispares respuestas ante las crisis. Pero el denominador común de todas ellas, es que los empleados, tanto aquellos involucrados como aquellos que no, son las primeras víctimas de la crisis. Algunos en riesgo de convertirse en chivos expiatorios de unas organizaciones ávidas de poder señalar a algunos culpables y finiquitar el escándalo, y otros, por ver tambalear sus puesto de trabajo y otros, por tener que dar la cara frente a amigos y familia, por una organización que posiblemente también les haya defraudado.


El precio de la irresponsabilidad

VW está siendo investigada por las autoridades de varios países. El CEO de VW, Martin Winterkorn renunció a su cargo y está siendo investigado por las autoridades alemanas, a pesar de alegar que no era conocedor del fraude. Transcurridos unos días, un grupo de ingenieros desarrolladores de los motores en cuestión, supuestamente confesaron haber manipulado el Sistema, para alcanzar los niveles de emisión estipulados. Desde que se hizo público el escándalo VW, el 18 de Septiembre de 2015, sus acciones han bajado un 40%. Credit Suisse estima unas pérdidas de 78.000 millones de euros, en el peor de los escenarios, cifra que la compañía rebatió como un sin sentido.

Hisao Tanaka, ex CEO de Toshiba, dimitía tras el informe en el que se afirmaba que era conocedor del fraude. También dimitieron el vice presidente, Norio Sasaki y el asesor Atsutoshi Nishida, junto on otros cinco miembros del Consejo de Administración. Las acciones de Toshiba han perdido prácticamente un 50% en un año. La Bolsa de Tokyo y de Nagoya, puso a Toshiba como securities en alerta desde septiembre de 2015, considerando que la compañía tiene un serio problema de control interno, y se la Bolsa ha impuesto sanciones. la empresa acabó reconociendo unas pérdidas de US$4.500 millones, y despidiendo a casi 7000 trabajadores. Tras el escándalo Tohiba demandó a cinco ex ejecutivos.

Tras el artículo, las acciones de Amazon, no sólo no bajaron, sino que doblaron su precio durante el 2015, y la compañía sigue creciendo a nivel internacional, incluso en España. Es decir, ni los consumidores ni los mercados han castigado a la empresa por cómo trata a sus trabajadores. Quizá no nos parezca tan escandaloso, quizá estos modelos de empresa están demasiado extendidos y se han situado dentro de lo normal, o quizá, es no somos capaces de sentir compasión por trabajadores de cuello blanco, con mejores sueldos que los nuestros.


3 lecciones de los escándalos

1.- Desconfianza ante los rankings, ratings, premios y Memorias de RSC y Sostenibilidad

Estar en los rankings de sostenibilidad y/o RSC, o elaborar las memorias más extensas, no es garantía de una conducta responsable, ni legal.


2.- Objetivos Económicos, Sociales y medioambientales alcanzables

Imponer unos objetivos, a sabiendas de que son irrealizables, debería ser objeto de responsabilidades, incluso legales, ya que infunde una orden secreta a los ejecutivos medios, para que hagan lo que sea, para alcanzar el fin.


3.- El fracaso de los departamentos de RSC

Me parece muy preocupante que en ninguno de los casos, ningún responsable de los departamentos correspondientes de RSC tenga nada que decir. Que nadie haya dirigido la mirada hacia ellos, que nadie les haga responsables de nada, que no haya habido ninguna dimisión. Porque los de RSC, son aquél pequeño departamento de no se sabe qué planta, que nadie sabe exactamente qué hacen, pero que se dedican a hacer el bien, con bonitos gestos contra el Cáncer o el ELA. Pero que a la hora de la verdad, no son responsables de nada, ni pinchan ni cortan. Bien porque vivían ajenos a la operativa de la empresa, que es muy preocupante. Bien porque entraron al sucio juego de airear las bondades y esconder las maldades de la organización que les paga el sueldo, que es peor.


 


 

                                                                                                                                                             Mireia Ferre - Abogado


 

 

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