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Actualmente, nos encontramos en un momento donde coinciden al menos tres grandes retos: más datos almacenados que nunca, es la era del "los datos son el nuevo oro"

Unos recursos naturales cada vez más limitados que también afectan al desarrollo de las comunidades y los derechos humanos en países emergentes, además de una demanda incuestionable de las personas para el fomento de la transparencia y la ética, tanto en la empresa como en entornos públicos. 

La gestión de datos en internet es un aspecto crucial que ha marcado un nuevo paradigma social, Las administraciones están tomando nota de ello: lo que se denomina gobierno abierto (Open Government, Ogov ) ha tomado un gran impulso aunque se originó en 1970.

Este tipo de iniciativas dan respuesta a la demanda ciudadana y  está creando que las políticas de responsabilidad social y la transparencia lleguen también al ámbito público favoreciendo entornos de conocimiento y bienestar, espacios vivos al servicio de las personas. Uno de los mejores ejemplos en este ámbito en España es el Gobierno de Extremadura con la creación del Observatorio de Responsabilidad Social de Extremadura.  

Son habituales los proyectos de gobierno abierto (open government) para favorecer la gestión transparente, la rendición de cuentas y fomentar la democratización a través de la puesta a disposición de datos abiertos (open data) y el fomento de la participación de la ciudadanía en los procesos de decisión. Pero un gobierno abierto no incide sólo en política, también lo hace en el ámbito social y económico .Una de las mejores muestras es el portal de transparencia del gobierno de U.K

¿Sabemos utilizar esta información? ¿Se facilita el proceso por parte de la administración o sigue siendo complejo? ¿Se ha democratizado realmente? Aún queda mucho por hacer: la administración debe de facilitar aún más este proceso (muchos entes públicos tienen ya cuenta de Twitter como canal de comunicación con la ciudadanía y resolución de problemas, son habituales los "chats" en el ámbito municipal ) pero la ciudadanía o no conoce las opciones o lo encuentra  demasiado complejo y puede ser útil para abrir un comercio en lugar determinado o detectar una necesidad no cubierta que puede mejorar la calidad de vida de las personas.  

Existen herramientas disponibles en la red muy útiles para el análisis de este tipo de información y que nos pueden ayudar a tener información de calidad para generar impacto social. Como ejemplos, Gapminder que te permite conocer la evolución de las emisiones de CO2 desde 1820 a la actualidad o la evolución de la esperanza de vida y riqueza de cualquier país y a nivel global.Gephi te permite realizar mapas de conexiones en las redes. 

Sin embargo, el análisis de datos más conocido es el denominado Big data  (lo que entendemos por datos formales e informales generados en internet sobre nosotros) que se utiliza para uso científico pero también por parte de las empresas para generar una ventaja competitiva. Son muy útiles para conocer tendencias, comportamientos y posibles necesidades y generar productos y servicios adaptados de los que se espera una alta demanda. Tienen un gran potencial para el impacto social positivo y mejora medioambiental si se utilizan correctamente. Un ejemplo puede ser su aplicación para la reducción de emisiones de CO2 optimizando rutas, favoreciendo un ahorro de energía por disminución de almacenaje de un producto por ejemplo, y consumo de proximidad. Gana el cliente, gana la empresa, gana el planeta. 

Sin embargo,  se ha acusado a algunas empresas de favorecer la manipulación generando más consumo o bien haciendo un uso privilegiado e ilícito de datos para favorecer un posicionamiento en el mercado, como por ejemplo en el ámbito de la agricultura en EE.UU.  Si te interesa el tema puedes leer el artículo de Wharton School (Universidad  de Pensylvania)  "El lado oscuro de Big data".  

¿Dónde está el límite?

Un buen uso de la información, siempre fomentando la transparencia genera más proximidad con el cliente o con la marca, es indudable. La manera de llevar a cabo este proceso define a la empresa.  

Sin embargo la gestión de datos aún va más allá, ya hemos entrado en la era de de internet de las cosas (Internet of Things, IoT) que se centra en la conectividad entre dispositivos móviles y la gestión de los datos que estos ofrecen.La industria está experimentando una nueva revolución gracias a este avance (se habla de la industria 4.0), los dispositivos móviles conectados están facilitando grandes hitos en medicina, prevención, bienestar para personas con movilidad reducida, disminución de recursos energéticos en uso agrícola y en fabricación, por citar algunos ámbitos. Sus ventajas son incuestionables, pero todo cambio genera una parte de conflicto y adaptación (en el entorno laboral especialmente)  y en los derechos y obligaciones de las personas. 

No todo es perfecto. 

Como pasa a menudo, un nuevo uso por parte de las personas de la tecnología disponible requiere de regulación y de una normativa. Mientras esta situación no se produce algunas organizaciones se "aprovechan" de los avances haciendo un uso indebido, poco ético. Un  ejemplo es el uso de  drones que en pocos años han experimentado un crecimiento espectacular y la creación de más de 700 empresas en menos de 4 años: si se utilizan correctamente disminuyen los riesgos laborales, hoy ya comienzan a utilizarse en rescates o en entornos controlados en el marco de la logística en EE.UU. Pero esta falta de marco regulatorio había generado invasión de privacidad de las personas e incluso condicionaba su seguridad. Los datos circulaban libremente.... Hoy en día no se puede utilizar un dron en un espacio público hasta que las empresas acreditadas no puedan tener la regulación necesaria para ofrecer garantías. 

El analisis de datos (DATA) genera muchas oportunidades en diversos ámbitos: las TIC ofrecen redes de telecomunicaciones, software y hardware para la recopilación de datos, información y documentos para su gestión y para su recuperación pero la tecnología sólo funcionará si hay detrás personas que la adapten la tecnología a unos contextos orientados necesidades de la gente, no a intereses particulares . No se trata de gestionar más datos, se trata de saberlos interpretar y enfocarlos hacia esta mejora social y reducción del impacto medio ambiental, que también generará crecimiento de la empresa, obviamente. El objetivo es conseguir que la información sea de uso libre (open data)  y además ser capaces de utilizarlos correctamente. Queda mucho por recorrer.  

En este nuevo paradigma la participación es clave y por este motivo debemos conocer las ventajas y los límites del uso de datos para empoderarnos pero también para fomentar un uso adecuado que genere mejoras en un mundo conectado. La gestión de datos estará finalmente al servicio de la responsabilidad social y de la innovación de las empresas, de los entes públicos y las personas.   

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