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Hace unas semanas asistí a una reunión con empresas de una ciudad que estaba interesada en contrastar sus avances y proyectos. En los grupos de trabajo también había personal de responsabilidad de la administración que debatía como los demás, con el mismo interés.  Este municipio ha sido reconocido como innovador por diferentes organismos estatales y empezó a trabajar con criterios de Smart City mucho tiempo antes de que esta palabra estuviera de moda.  

En el encuentro no tardó en salir el término Smart Citizen atribuido a aquellas personas que viven en ciudades inteligentes. Profundizando un poco en el concepto hay 4 tipos de Smart Citizens que se complementan entre si: informadores, sensores, decisores y emprendedores. Hablaremos más adelante de todos ellos.

Entre las 30 personas asistentes empezamos a esclarecer lo qué es para nosotros una smart city  ¿Qué significa exactamente? Estábamos de acuerdo en que este concepto ya no se atribuye a las ciudades de diseño, caracterizadas por tecnología muy avanzada que atemoriza a la ciudadanía por el control excesivo de algunas grandes empresas especializadas en esos recursos y su frialdad . ¿Para qué sirve la tecnología si no se utiliza y si no se adapta a las necesidades reales?

En seguida llegamos a la conclusión de que hemos dado un paso hacía la humanización.

Hoy en día se piensa en las smart cities como ciudades vivas, que ponen a disposición de sus habitantes la información y los recursos para poder solventar retos sociales y económicos. Son entornos amigables y cálidos. " Se habla por tanto de "smart living". La tecnología es una herramienta, pero no la única, vinculada a la generación de conciencia colectiva y al cambio de actitud frente a los problemas (a menudo sociales) .

Sin embargo en este proceso de empoderamiento debemos de tener especial cuidado en que los dispositivos móviles no sean generadores de discriminación para aquellas personas que no saben (o no pueden) utilizarlos . Es posible (y se debe) integrar a todos los colectivos independientemente del uso de la tecnología y las redes sociales haciendo uso de la responsabilidad social y colectiva, fomentando la diversidad y la inclusión al máximo.

Este planteamiento, según mi opinión, tiene mucho que ver con la responsabilidad social individual (o de las personas) y con la Responsabilidad Social de los territorios. Ya no sirve el proceso "top down" donde las empresas o gobiernos hacían bajar en cascada las directrices o información. Ahora el proceso se ha personalizado y cambiado de dirección. Ahora la tendencia es "Bottom up" y las empresas, y gobierno aunque se resistan al cambio deben tomar nota.

Creo que estamos viviendo, a pesar de los conflictos, un momento de aprendizaje y está ocurriendo en ambas direcciones: las empresas cada día son más conscientes de la importancia del impacto social en el negocio, no pueden dejar de tener presente a la comunidad en su actividad diaria y la credibilidad perdida debe ser recuperada. Conversábamos en un post anterior sobre la importancia de  la transparencia en las organizaciones. Según el informe IPSOS MORI 2013 (vía Politcs.co.uk)  sólo un 34% de las personas encuestadas confían en sus líderes empresariales, entre otras cosas por la "falta de coherencia y la falta de concreción en la determinación del propósito del negocio". La filantropía sin sentido no es creíble.  

Las empresas deben de tener en cuenta los aspectos sociales de su comunidad, sin duda y la sociedad los aspectos económicos y usar la información para incidir en ese cambio y "presionar hacia arriba" (concepto smart "bottom up") pero también hacia los lados (entorno familiar y laboral).  

Las personas smart son conscientes de sus decisiones de compra y tienen en cuenta los criterios de sostenibilidad (en el sentido más amplio de la palabra) para inclinarse por una marca u otra, siempre que el precio final (por ahorro de energía, por ejemplo o por resistencia del producto ) no sea exageradamente alto. Este comportamiento es propio de "informadores" y "sensores" según la terminología smart.

 El precio importa, sí. Pero determinan la compra los valores  de la marca. Las personas presionan para la realización de cambios" y la empresa . 

Sin embargo, hay otros planteamientos que son llevados por la "tipología emprendedora y decisora" (ya hemos enumerado a las 4 tipologías de smartcitizens ). Se centran en la generación de iniciativas sociales  (no solamente son propias de las cooperativas) . Van más allá de la observación y proponen soluciones a necesidades no resueltas mediante la creación  de un producto o servicio disruptivo generando una mejora del bienestar a la vez que incide positivamente en los resultados de su negocio. Puede ser cualquier empresa en fase de consolidación o ya consolidada . Eso es smart: escuchar, aplicar la información, debatir y proponer soluciones innovadoras.

Un ejemplo que he conocido recientemente es la empresa dormity.com. Es capaz de crear un colchón a medida en función de los criterios de salud de sus clientes en pocos días, a un precio aceptable y una calidad elevada gracias a un proyecto conjunto con la Universidad Autónoma de Barcelona. Hace 10 años era una pequeña colchonería de un municipio de las afueras de Barcelona que vendía grandes marcas y con bajos beneficios. Hoy le va bien, tiene un alto posicionamiento y cuota de mercado , además de una plantilla fidelizada y comprometida que representa a la marca. Tiene presente la capacidad de influencia y de las personas informadas y exigentes (informadores y observadores smart).

Si nos centramos en el ámbito específico de las ciudades también tenemos casos relevantes más allá de la tecnología. Son los procesos colaborativos público -privados donde trabajan de manera coordinada y conjunta administración, entes académicos, empresas y personas en beneficio de un territorio. También se le conoce como Territorios Socialmente Responsables, Ecosistemas o  Espacios de innovación. Si  realizan con enfoque estratégico (y no con intereses partidistas) generan calidad de vida de sus habitantes porque entre otras cosas hay  una buena planificación urbanística, servicios descentralizados para fomentar un buena movilidad urbana, transporte sostenible, más empleo y más nivel adquisitivo (por tanto más consumo) . No es nada nuevo ... aunque lo hayamos definido con "modernidad" sencillamente es trabajar en pro de las personas, buscando un equilibrio entre el impacto económico , el impacto social y  el impacto ambiental.

¿Responsabilidad Social ? ¿Smart Living? Es indiferente.  Lo importante no es la forma sino el fondo ¡ y actuar! 

@immaperez  

* Post publicado en el blog de www.nottopic.es 

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