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Aprovechándome del nombre del blog de mi querido Francisco Álvarez, “no le digas a mi madre que trabajo en bolsa”, parece que hoy en día ser economista ha perdido el prestigio que tuviera antaño. Bien podría valerse de este título…no le digas a mama, no le digas a nadie, que soy o quiero ser economista.

Por eso juntar las palabras “economistas” y “frente a la crisis” podría desatar ciertos recelos. Pero como todas las generalizaciones, aún en los tiempos convulsos en los que vivimos, a mi modo de ver son erróneas y dañinas, no sólo para los colectivos en cuestión, sino para la sociedad en general, os invito a dejarlas a un lado y seguir leyendo, si el tema os ha despertado cierta curiosidad.

Con este objetivo, el de plantear una alternativa seria y rigurosa al “discurso único” instalado ya en el imaginario colectivo surge este colectivo, Economistas frente a la crisis, y con este objetivo han escrito y, presentaron en Valencia la semana pasada, el libro No es economía, es ideología. Y elegían Valencia como segundo lugar para presentarlo, después de hacerlo en la capital española, con una intención clara. Era un lugar muy adecuado para hablar del tema…

Economía desde la evidencia

Un colectivo que quiere practicar la economía “desde la evidencia, desde el activismo social,desde la convicción de recuperar un relato que nos han robado”, destacaba durante la presentación Fernando Rodrigo, coordinador del Área de Economía y Políticas Sociales de la Fundación Equo. Quien destacó que no es posible atajar la crisis económica y financiera sin atajar de manera multidisciplinar las otras crisis: la ecológica, la social, la política, etc. “Sólo es posible acabar con esta crisis haciendo bien las preguntas, repensando el modelo, reiniciándolo”.

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El colectivo, el propósito del libro, y la razón por la que creo que la sala estaba abarrotada, hasta los topes, es claro: ofrecer alternativas, pero sobre todo mostrar que la respuesta que se está dando a la crisis es “una” respuesta, y una respuesta ideológica maquillada como “la” única posible. Hay alternativas, hay diferentes maneras de hacer las cosas, y estos economistas están dispuestos a “des-velarlas”.

La participación, clave para la innovación

Aunque es imposible ni siquiera resumir las dos horas de presentación y las interesantísimas intervenciones de todos sus participantes, se apuntaron algunas iniciativas a mi modo de ver  fundamentales en este sentido que están siendo adoptadas por otros países y que deberíamos copiar. Se habló así del modelo de co-gestión Alemán, esencia del modelo industrial del país, donde los consejos de administración son sustituidos por representación de los trabajadores. Se mencionaron también los programas ESOP (Plan de Participación Accionarial de los Trabajadores), que suponen entre el 25 y el 30% de la economía de EE.UU, donde de nuevo la participación de los trabajadores es clave. Empresas como Microsoft trabajan con este modelo.

Y se habló de la importancia de estos modelos participativos como base de la innovación, tan necesaria para salir de la crisis. “La innovación no es algo que se pueda comprar -destacaba Ignacio Muro, economista, director en la Agencia EFE entre 1987 y 2005 y presidente en la actualidad de ASINYCO (Asociación Información y Conocimiento)- sino que son las personas las que contribuyen a innovar y mejorar los procesos. El valor esencial del trabajo radica en ello. No es una mercancía, y no se puede tratar como tal”.

Cristina Narbona: “Hay que integrar en la actividad económica los intereses ecológicos”

Para concluir, la ex ministra  de Medio Ambiente Cristina Narbona, que participa también en el libro, resaltó la importancia de “integrar en la actividad económica los intereses ecológicos, la biodiversidad. Es algo imprescindible, por una cuestión de supervivencia, pero además es  unacuestión de justicia. Todos los ciudadanos, vivan en la parte del mundo en la que vivan, tienen el mismo derecho a disfrutar de un entorno saludable, de agua, alimentación, etc. y sin embargo la economía global no ha hecho posible esta igualdad por una mala gestión de los recursos naturales”. “No es una cuestión de producir más, sino de distribuir mejor, teniendo en cuenta que los recursos son limitados. Si hablamos de cambio de paradigma tenemos que hablar necesariamente de estas cuestiones”. Para Narbona las cuestiones ecológicas sí que no son cuestiones ideológicas. Sino que tratan de  “introducir racionalidad, sensatez, justicia y equidad en la economía”.

Narbona también destacó las oportunidad que la economía verde supone, y cómo en otros países están focalizándose en sacar el máximo partido a los modelos energéticos sostenibles y otros emprendimientos verdes. Algo que lamentablemente en España no está entre nuestras prioridades.

En resumen, que recogiendo la frase con la que acabo Francisco Álvarez, y que tanto nos gusta de Serge Latouche: “El que crea que en un mundo finito, el crecimiento puede ser infinito, o es un loco o es un economista”. Y vosotr@s, ¿de qué lado estáis?

Feliz día, amig@s responsables!

P.D. Nos vemos también en mi blog: "Ser responsable...sin morir en el intento", donde encontrarás éste y otros interesantes artículos.

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