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No tiene sentido llenar el hall de futbolines si luego el CEO sube a su despacho en ascensor exclusivo. La técnica es importante, pero lo fundamental de estas compañías son sus valores y su liderazgo. Aquella empresa sin una buena política de conciliación perderá el talento

“Los jóvenes prefieren trabajar en empresas con buenas políticas de flexibilidad más que con un sueldo elevado. Es un asunto económico, una condición para el crecimiento sostenible. Nunca he entendido cómo las familias españolas tienen almuerzos de dos horas y luego vida familiar ”, señala Cecilia Julin, embajadora de Suecia en España. Esto no sólo lo subraya una nórdica, lo argumentan expertos y organismos internacionales: la conciliación laboral, igualdad de género y la diversidad pueden contribuir a la productividad y al mejor rendimiento profesional. Mariano Rajoy, presidente en funciones de España, ha propuesto incluir en su programa electoral jornadas de trabajo hasta las 18.00 y horario de Canarias en todo el país. El acuerdo entre PSOE y Ciudadanos también lo recoge, todo indica que se verán cambios en los próximos años. “Las políticas públicas son esenciales pero el sector privado juega un papel fundamental, las normas y estereotipos no son estáticos, se transforman y se pueden cambiar”, indica la diplomática.

En los años setenta Suecia implementó medidas para empoderar a las mujeres en el mercado laboral, ahora sus empresas llevan el timón en conciliación laboral. Un asunto candente que esta semana la embajada sueca en Madrid ha tratado con el seminario Hacia un nuevo paradigma empresarial - liderazgo, igualdad y conciliación donde el objetivo principal fue cómo dejar atrás paradigmas antiguos e ineficaces y generar una cultura empresarial basada en la innovación y la conciliación. No es un tema menor, el pasado mes de septiembre los Estados Miembros de la ONU aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo social, económico y ambiental Sostenible. Los también conocidos ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) instan a lograr la igualdad de género y a acabar con las enormes brechas entre mujeres y hombres en el mercado laboral.

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La cultura de innovación se basa en la confianza

“No todas las startups son innovadoras. Las conversaciones que tienen los empleados, si se atrevan a fallar, quién dirige el diálogo, cómo se sitúan en una reunión, quién pregunta y dirige el diálogo y quién asume los errores son algunos aspectos reveladores de la cultura innovadora de la empresa”, detalló Vanessa Carrera, consultora de inKNOWation, coorganizadora del encuentro. Para ella, dos son las claves para que las personas incorporen ésa actitud. Hay que aceptarse y respetarse asumiendo que se puede errar, uno tiene que repetirse que es “una persona es perfecta aunque la ponencia salga mal. Desde esa actitud de confianza y autoestima es de donde se asume la responsabilidad y no se buscan excusas”. La segunda clave es escuchar las necesidades de los usuarios internos y externos, “lo que no aceptas no existe, lo que no existe no puedes cambiar. Innovar es ofrecer la mejor experiencia interna al empleado para luego trasladarlo al usuario”, explica.

Los jóvenes que se incorporan al mercado laboral ahora y los de los próximos años – millennials – no sólo mirarán el sueldo a final de mes, sino que se interesarán por la Responsabilidad Social Empresarial (RSE o RSC). Les interesará saber si tienen posibilidades de ascender sean hombres o mujeres, las permisos de paternidad y maternidad y la conciliación de la vida personal con la laboral. “Los españoles no somos tan diferentes. Vivimos en un mundo globalizado, lo de la siesta es un tópico absurdo y no tiene sentido la jornada partida”, destacó José Luis Casero, presidente de ARHOE (Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios en España). Pero la igualdad también es que no todos somos iguales y por eso debe haber posibilidad de elegir. “Cuando se comenta al jefe que mañana sales una hora antes y la recuperas otro día, hay que reflexioanr esto. Pues quizás haya que recuperarla cuando más convenga a las dos partes y no quedarse hasta las tantas al día siguiente de faltar. Flexibilidad para ambas partes”, indicó Casero.

Para esto hay que cambiar actitudes y comportamientos, aplicar nuevas maneras de trabajar y empoderar a los empleados con la tecnología. “Los hábitos impiden crear culturas, la innovación es un hábito y comienza con una actitud, pero hay muchos hábitos que no son de innovación”, ahondó Matti Hemmi, también de inKNOWation. Aquí, el liderazgo es crucial. Un líder de una empresa innovadora tiene que desterrar que salir el ultimo de la oficina es sinónimo de productividad, grabarse que las tareas domésticas es cosa de dos e interiorizar que el tiempo de ocio es básico para despertar la creatividad, finalizó el consultor.

@ignaciocayetan

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