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Se está produciendo un auge de las finanzas éticas y el emprendimiento con valores. En España existen 30.000 empresas sociales y 61.000 de economía verde

La llamada inversión “de impacto social”, gana terreno en nuestro entorno. La inversión de impacto social, es decir, invertir buscando rentabilidad en empresas que producen un impacto positivo en la sociedad, movió 2.000 millones de euros en Europa en 2014. En España se calcula que hay 87 millones de euros invertidos en empresas sociales, según el informe Eurosif. 

En este sentido, la Bolsa Social, plataforma española de financiación participativa que permiten invertir en empresas con impacto social y medioambiental positivo, expone cinco claves que caracterizan a un inversor de impacto social:

1. Busca algo más que rentabilidad: El inversor de impacto se caracteriza porque quiere que sus decisiones de inversión también tengan un impacto en la sociedad, más allá de la rentabilidad que pueda obtener. El inversor de impacto, por tanto, apuesta por empresas con valores que mejoran la sociedad y cuidan del medioambiente.

2. Es exigente y selectivo: Las empresas deben tener un buen modelo de negocio, por lo general ya probado mediante facturación suficiente. Además, deben ser escalables, de modo que pueda aumentar el valor de la inversión y el impacto positivo que producen.

3. Se compromete con la empresa: Es una inversión de capital paciente, no especulativo ni cortoplacista. El inversor de impacto apuesta por la empresa para crecer con ella en el largo plazo, tanto en rentabilidad como en impacto social. Los inversores de impacto empatizan con la iniciativa y la comparten en sus círculos, permitiendo ampliar el crecimiento y la visibilidad de la empresa.

4. Quiere conocer el impacto: El inversor de impacto demanda información sobre el impacto social de la empresa, además de sobre los resultados económicos. De ahí que estas empresas deban medir su impacto social con indicadores precisos y significativos. Estos indicadores pueden ser cualitativos o cuantitativos y, en todo caso, deben ser reportados al inversor periódicamente.

5. Diversifica: Como cualquier inversor responsable, el inversor de impacto social, planifica su inversión apostando por varias empresas. El inversor de impacto es consciente de los riesgos de invertir en empresas jóvenes, y comprende y acepta que los beneficios o las pérdidas dependen de su evolución, por lo que se informa bien sobre la empresa y su equipo y apuesta por varios proyectos en lugar de uno sólo.

Claves  esenciales para descubrir qué es un inversor de impacto y plantear, de cara al nuevo año, nuevos hábitos en nuestras decisiones económicas, como la posibilidad de contribuir al crecimiento de empresas que generan mejores condiciones de vida social o medioambiental.

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