El evento titulado “La Agenda 2030: hacia la equidad y la sostenibilidad global" tuvo lugar el pasado martes y contó con la participación de Cristina Narbona Ruiz, exministra de medioambiente, Consejera del Consejo de Seguridad Nuclear y miembro de la Global Ocean Commission, que expuso los principales puntos de la Agenda 2030. El acto fue clausurado por la Vicedecana de Relaciones Internacionales y Empresariales, Rebeca de Juan Díaz y presentado por la Coordinadora del Máster, Marta de la Cuesta González.
Marta de la Cuesta González inició el diálogo remarcando que son las empresas, como actores de la sociedad civil, las que tiene mucho que decir respecto a asuntos de primordial importancia como la pobreza y la desigualdad que azotan el mundo actual. Quiso recalcar que hoy en día las empresas ya saben qué es lo que tiene que hacer y cómo hacerlo, y que estas formas de intervención bajo el ámbito de la RSC son las que tiene las empresas para lograr el equilibrio entre economía sostenible, medio ambiente y cohesión social. Como coordinadora del Máster Interuniversitario en Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa UNED-UJI hizo un llamamiento a los alumnos, que la seguían por streaming, para contribuir a este cambio.
Como protagonista por su larga experiencia en el sector, Cristina Narbona Ruiz ofreció a los asistentes su visión acerca de la Agenda 2030 y cómo esta ha cambiado de los anteriores objetivos fijados. Destacó que como punto de partida “vivimos en un mundo globalizado, en el que somos interdependientes los unos de los otros; y que a pesar de tener desafíos globales no disponemos de una respuesta global”.
Respecto al papel de las empresas, Cristina Narbona Ruiz contó a los asientes cómo las empresas pueden hacer frente a los desafíos globales: “mirando más allá de su propia actividad como empresa”. La clave, dijo, está en ser consciente de que cada decisión de consumo conlleva un impacto u otro, siendo importante cada elección.
Poniendo en contexto la Agenda 2030, la enmarcó dentro de un nuevo enfoque, puesto que el tradicional posicionaba a los países ricos como contribuyentes a los pobres mediante infraestructuras, educación, etc. Y actualmente, la Agenda 2030 parte de un proceso muy participativo que, como ha contado desde su propia experiencia, ha incluido en el proceso a ciudadanos de países en vías de desarrollo. Esta nueva voz de los países emergentes o en vías de desarrollo ha tenido que ver con la nueva lectura de la cooperación al desarrollo, que persigue conseguir sociedades pacíficas, justas y con instituciones que velen por el derecho de los ciudadanos.
Finalmente, cerró su intervención haciendo un llamamiento a las políticas públicas para que existan incentivos que potencien el cumplimiento de los objetivos del desarrollo sostenible, como se da sobre otras variables macroeconómicas. Porque de esta manera se llevará el asunto a la discusión pública contribuyendo a una mayor información de los ciudadanos, siendo esta consciencia necesaria para la consecución de dichos objetivos.