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¿No querría usted saber en qué se invierte su dinero, cuáles son los proyectos a los que se destina y cómo se consiguen las rentabilidades que usted obtiene? Es muy probable que la respuesta sea positiva. Sin embargo, las inversiones responsables, es decir, aquellas que tienen en cuenta criterios éticos, sociales, medioambientales y de buen gobierno, no terminan de despegar en España.

Mientras que en Europa y en Estados Unidos entre un 10% y un 15% de los activos se gestionan con criterios de inversión socialmente responsable, en España sólo algo menos de un 8% de los fondos de pensiones y de inversión tienen en cuenta ese tipo de parámetros.

Precisamente con el objetivo de impulsar las inversiones éticas y responsables existe Spainsif. Se trata de una asociación sin ánimo de lucro integrada por 32 entidades  (financieras, gestoras, proveedores de servicios, organizaciones sin ánimo de lucro y sindicatos) que pretende ser unaplataforma de encuentro y de referencia para generar y difundir conocimiento sobre la Inversión Socialmente Responsable  (ISR) y concienciar e impulsar cambios en los procesos de inversión en la comunidad inversora, las Administraciones Públicas, las empresas y la ciudadanía en general.

Su presidenta, Inés García-Pintos, asegura que no deja de sorprenderse de que en España la mayor parte de quienes deciden invertir en un fondo de inversiones o en un plan de pensiones no tengan curiosidad por saber a qué se va a dedicar su dinero. “Sólo se suele tener en cuenta la rentabilidad, lo cual es muy bueno, pero hay otros factores que incluso pueden reforzar la rentabilidad y no se pregunta por ellos. Se hacen más preguntas cuando uno se compra un coche que cuando invierte sus ahorros”, asegura.

P.- ¿En qué consiste la inversión socialmente responsable y en qué se diferencia del resto de productos?

R.- Es una inversión que espera un retorno pero, además de medirlo en términos financieros, también intenta medir el retorno social, medioambiental y de buen gobierno. Las decisiones de inversión no sólo se toman en función de los resultados financieros de una empresa, sino también teniendo en cuenta su desempeño en estas otras vertientes. Si además de analizar los aspectos financieros de una empresa objeto de inversión se analizan otros aspectos que tienen que ver con su desempeño, se tomarán decisiones más sólidas y mejor fundadas. También hay inversores que se decantan por este tipo de inversiones porque se alinean con sus valores y tienen en cuenta el retorno, pero sobre todo quieren conocer qué se hace con su dinero, en qué se invierte y qué tipo de actividades financia. Hay un tercer tipo de razones por las que existe la ISR, que es por explorar nuevos nichos de mercado más ligados con las nuevas tendencias, como pueden ser el cambio climático o el cambio demográfico, por ejemplo. Es una forma de posicionarse con productos más innovadores.

P.- ¿En qué países está más desarrollada la inversión socialmente responsable?

R.- Europa es, en su conjunto, el mercado más dinámico. Y Bélgica y Holanda tienen una proporción muy alta de inversión socialmente responsable respecto a la inversión general. Pero por volumen de mercado los principales son Gran Bretaña y Francia. Cada uno de estos países ha seguido filosofías diferentes para impulsar este tipo de inversión. Reino Unido lo ha hecho a través de iniciativas voluntarias. Por ejemplo invitan a los fondos y planes a que digan si incluyen criterios responsables en su política de inversión. Y el tiempo ha demostrado que este tipo de iniciativas ha tenido éxito. Los franceses, por otro lado, han seguido un sistema más prescriptivo. Y es que el propio Estado, a través de lo que sería similar al fondo de reserva de la Seguridad Social, invierte con criterios socialmente responsables, con  lo cual ha creado mercado, ha creado demanda y este mercado se ha desarrollado mucho.

P.- ¿Y en España?

R.- Para decirlo de una forma positiva, la inversión socialmente responsable tiene en España un amplio recorrido de crecimiento.

P.- ¿Por qué no funciona? ¿Es un problema de desconocimiento?

R.- La verdad es que nadie se ha sentado nunca para ver por qué no tiene la importancia que debería tener. Y digo que debería,  porque el sistema financiero español es muy sofisticado, muy sólido y, probablemente, tiene un desarrollo y un posicionamiento internacional mayor que el que tiene la economía española. Es decir, que proporcionalmente es más avanzado que el resto de la media de los sectores económicos en España. El inversor español apuesta más por los depósitos o por inversiones en general poco sofisticadas. Y este tipo de inversiones, que no es que introduzcan conceptos muy complicados pero sí que exigen un conocimiento un poco mayor de lo que es invertir y exige que los analistas tengan un expertise adicional, pues no se ha desarrollado lo que debería. Es sorprendente lo poco que pregunta la gente al invertir sus ahorros, cuando se debería ser consciente de que con su dinero se financian cosas. La gente debería querer saber a dónde va su dinero y qué tipo de actividades financia. Su inversión tiene un impacto. Un plan de pensiones por ejemplo supone mucho dinero, ¿y ese dinero en qué se ha invertido? A lo mejor querrían que su dinero se invirtiera en empresas  punteras en medio ambiente o que tengan un buen comportamiento social… Hay muy poca curiosidad con esto. Sólo se suele tener en cuenta la rentabilidad, lo cual es muy bueno, pero hay otros factores que incluso pueden reforzar la rentabilidad y no se pregunta por ellos. La crisis nos debe hacer pensar que las empresas deben tener un comportamiento ético y responsable. Si no lo tienen, no hay créditos, la gente se va a la calle, no hay productividad….

P.- ¿Qué se podría hacer en España para impulsar la ISR?

R.- Por ejemplo, en Spainsif vemos con simpatía las enmiendas que se han introducido en la Ley de Economía Sostenible y en la Ley de adecuación de los sistemas de la Seguridad Social, en los que se anima a  los fondos y planes de pensiones a que digan si incluyen criterios de inversión responsable. Somos partidarios de la transparencia desde la voluntariedad. La Administración tiene también un papel importante en el impulso de la inversión responsable, primero porque el Estado es un agente económico de primera magnitud. Regula, marca la agenda económica y también es un gran inversor. Tiene distintos fondos y una cartera de participaciones que es propia y a la que podría aplicar criterios responsables. A nosotros en Spainsif nos gustaría todo que este tema estuviera en la agenda y que la Administración y el próximo Gobierno entendiera que la ISR puede ser un motor para la implementación de otras políticas en materia de sostenibilidad. El estímulo o fomento de una  inversión con criterios medioambientales por ejemplo da un apoyo importante a las empresas que tienen un mejor comportamiento medioambiental. Es decir, puede ser un medio para la promoción de prácticas sostenibles en la economía española. Nos gustaría que la ISR se viera así y estuviera en la agenda económica del próximo gobierno.

 

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