La realidad que vivimos es confusa y sobre todo impuesta, casi siempre, por los intereses particulares de los que tienen una situación de privilegio, ya sea económica, social, política o de cualquier otra fuerza de poder.
¿Es posible transformar un sector financiero tradicional en un modelo innovador, sostenible y competitivo sin perder su esencia? Esta es una de las primeras preguntas que me hice a mí misma cuando, hace pocos meses, asumí el reto de ser la primera directora general de BASQUEFIK, el recién creado clúster financiero e inversor del País Vasco.