En nuestro anterior post comentábamos las distintas variables que han de ser medidas en un estudio de reputación corporativa que se dividían en tres grupos: a) componente emocional (admiración, respeto, confianza y buenas sensaciones hacia la empresa), que resumen la reputación de la organización para un determinado grupo de interés; b) componente racional (distintos atributos específicos que explican la reputación de la compañía, como la calidad de sus productos, su comportamiento ético, su inversión social, su solidez financiera, etc.), que nos permitirán la gestión posterior; y c) las actitudes de apoyo (predisposición de los entrevistados a comportarse de manera positiva hacia la empresa: comprar sus productos, invertir en ella, solicitar empleo, perdonarle un error, hablar positivamente de ella, etc.), que son la vía a través de la cual la reputación incide de manera directa en la competitividad de la compañía y por ende, sus resultados de negocio.