Desde la aprobación de la Directiva de Información No Financiera en 2014, las empresas europeas han estado sujetas a la obligación de reportar datos sobre sostenibilidad. Sin embargo, la nueva Directiva de Reporte Corporativo de Sostenibilidad (CSRD, por sus siglas en inglés) va mucho más allá, representando un cambio radical hacia la transparencia en el desempeño sostenible. Aunque la CSRD promete un avance hacia prácticas empresariales más responsables y transparentes, la complejidad de su implementación revela una serie de desafíos que las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, deberán afrontar en el corto y mediano plazo.