En la primera parte se exponía que el ser humano, para bien o para mal, se autodetermina a través de sus acciones (y omisiones). Se planteaba la posibilidad de ir recuperando la responsabilidad delegada en la tecnología para solventar los graves problemas ontológicos y antropológicos que la invasión tecnológica ha traído consigo. En esta segunda parte se plantea la opción de re-humanizar la mirada al cuerpo como fundamento del humanismo orgánico.La tecnología ha evolucionada a tal velocidad, que el hombre ha dejado de ser la medida de su propio mundo.