Tienen edades comprendidas entre los 36 y los 55 años (69% de los investigados), constituyen una amenaza que proviene del interior de la compañía (el 65% son empleados contratados por la empresa) y pueden ser ejecutivos o consejeros (35%) que llevan en la empresa, al menos, seis años (38%), estas son algunas de las características que según KPMG definen el perfil actual del defraudador